Voy a vivir by Ada Miller

Voy a vivir by Ada Miller

autor:Ada Miller [Miller, Ada]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 1979-01-01T05:00:00+00:00


5

Isabel lo pensó un segundo. No tenía nada que hacer. ¿Por qué no?

Entre comer sola o acompañada, la elección era obvia.

—Bueno —dijo echando a andar.

Lo sintió en seguida rozándola con su cuerpo.

Pensó:

«Este viene al plan». Pensó si le convenía o no. Ya vería.

Realmente hacía mucho tiempo que no iba con un hombre.

—¿Eres virgen? —le espetó él de pronto.

—¿Qué tiene eso que ver?

—Nada —se coloreó Ramón—, pero te lo pregunto.

—Por supuesto que no lo soy.

—Entonces ya sabes cómo es el asunto.

—Por supuesto.

—¿Te gusta?

—Según quien me ayude.

—Yo no soy tonto y tengo mucha experiencia.

—Del homosexual.

—No, no. No me gusta, pero…

—Pero cuando no tienes dinero, vas y te lo ganas así.

—Eso parece no gustarte nada.

—En absoluto. Ellos pueden hacer lo que gusten que humano es hacerlo. Pero un macho no tiene por qué ir con un homosexual, para eso están los otros.

—¿Cuáles?

—Sus congéneres.

—Oh.

—Aquí hay una tasca donde dan callos naturales. No son de lata.

—¿Estarán limpios?

—Cierras los ojos y si te saben bien, basta, ¿no?

—Todo lo haces así.

—Y más.

Entraron juntos.

Ramón dijo cuando se sentaba enfrente de ella:

—Hace un domingo frío. No da nada de gusto andar por la calle. ¿Qué te parece si fuéramos a mi apartamento después de comer?

—Lo pensaré.

—Puedes evitarte el gastar dinero en la fonda. De verdad que te dejo un sitio en mi apartamento.

—Y cuando vengan tus padres a verte, me esfumo, ¿no?

Ramón no había pensado en ello.

Se mordió la lengua.

—Puedo decir una mentira.

—¿Para justificar mi presencia?

—Pues claro. Verás, puedo decir que eres la hermana de un amigo íntimo que está pasando el día en mi casa.

—Y tus padres se chupan el dedo.

No se lo chupaban.

Le vigilaban bastante.

Es más, le mandaban lo suficiente para vivir, pero es que él lo gastaba en mujeres. Si tenía aquella preciosa chica gratis…

—De todos modos hoy podemos pasar la tarde en mi apartamento —insistió terco.

Y por debajo de la mesa metía las piernas de la joven entre las suyas, lo cual no inmutó demasiado a Isabel, si bien le hizo recordar que era mujer y que le gustaban los hombres a rabiar.

Por encima de la mesa y mientras esperaban que les sirvieran, Ramón estiró la mano y le palpó un seno poniéndose pálido de ansiedad.

—Es estupendo… ¿No te gusta que te toque?

La tocaba más.

Isabel no se inmutaba, pero en el fondo empezaba a excitarse.

—Ya veremos lo que hacemos después de comer los callos.

—Lo podríamos pasar bien los dos, ¿no? No cobrarás por una sesión, ¿verdad?

—No te cobraré a ti. Realmente no cobré más que en Benidorm y desde entonces anduve sola todo el invierno.

El camarero llegó con los dos platos de callos y el pan.

—Tráete una botella de vino tinto —pidió Ramón, y luego mirando a Isabel—. Esa la pago yo.

—Muy arrogante.

—¿Te burlas de mí?

Y ponía cara de niño herido.

Isabel pensó que tal vez le diera gusto aquel chico. Para cerciorarse preguntó:

—¿Vas mucho con mujeres?

—Son mi debilidad. En eso gasto el dinero que me mandan mis padres y por eso, después, tengo que recurrir a lo que recurro.

—Iremos por tu casa esta tarde —dijo ella empezando a comer.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.